domingo, 28 de septiembre de 2014

Historia de Sopelana (Sopela), IX

Novena entrega de la historia de Sopelana, sacada de www.osakidetza.euskadi.net
Esta es de las que más me gusta y además no es tan larga como las anteriores.
De la ermita de San Andrés ya puse una entrada en el blog con fotos de algunos detalles: San Andrés


La antigua ermita de San Andrés

Todos los que se han ocupado de la descripción de la jurisdicción municipal de Sopelana han citado la existencia de la ermita dedicada a San Andrés en el paraje de Meñakoz, nombre éste que significa pastizal y que está encuadrado precisamente fuera del área del litoral entre los campos. En la toponimia de la Anteiglesia dicho paraje de Meñakoz abarca incluso hoy al caserío de San Andrés y a otro más antiguo conocido como Sandinder, Sandinderi, Dandieri, etc.; transcripciones éstas últimas que suponen la existencia de la ermita de San Andrés en la Edad Media. En 1846 se realizó un informe sobre la población de Sopelana y en la que se daba el dato curioso de que en esta paraje de San Andrés se equipaba el número de habitantes femeninos, cinco, con el de otros tantos masculinos, Según don Manuel Basas la advocación de San Andrés va unida a los caminos y a la mentalidad religiosa de la época romántica. Sabido es que desde el año 785 data la ermita de San Andrés de Urkizu en Yurre. En Pedernales (Sukarieta) existía su parroquia también de San Andrés desde lejano tiempo hasta que la reedificada en 1525 fue sustituida por otra en 1785. La parroquia de Ibarrangelua es también de la advocación de San Andrés. Según don Eusebio Martija, autor de un inventario de las ermitas de Bizkaia, llegan a casi 20 las puestas bajo la tutela de dicho Santo Apóstol de quien Sabino de Arana había dicho que el día de San Andrés debían declara "Fiesta Nacional" ("Bizkaitarr", 30 de Noviembre de 1894), dado que en esa fecha nuestros antepasados habían triunfado sobre las huestes de Alonso III en la Batalla de Arrigorriaga. La Cruz de San Andrés, o aspa, precisamente Sabino la impone en la Ikurriña en alusión a dicha Batalla de Arrigorriaga en color sinople o verde (gurutz orleia) expresando a su vez al Sagrado Roble de Gernika, símbolo de la Legislación Bizkaiana o Lagi-zarra; como lo declaraba él en su calendario en fecha Garrila'ko 14-an.
Para una población como Sopelana que desde sus comienzos está dedicada a San Pedro, se halla Justificada una ermita dedicada a un hermano del mismo que así lo fue el Apóstol San Andrés.
Sin embargo en la nomenclatura de los Sopelanatarra no encontramos muy divulgado el nombre de Andrés, lo que no significa una masiva devoción a dicho discípulo de Cristo. Así, el primero que encontramos documentado en 1596 es Maese Andrés de Larragoitia, Apoderado por Sopelana en las Juntas de Gernika. En las mismas en 1654 lo fue Andrés de Larraondo; en 1682 Andrés de Goikoetxe y Artazatorre. En 1742 Andrés de Kortina y en 1859 Andrés de Goiri-Golzarri. En 1630, ausente en la Real Armada de Su Majestad hallaremos en el primer libro de bautizados, casador y finados de Sopelana (folio 37 vuelto), Andrés de Aldeko.
Durante los Siglos XVII y XVIII se sostuvo por acuerdo de la Diputación de Bizkaia un fortín como lugar de contención de las posibles invasiones de los corsarios ingleses que merodeaban las costa cantábrica.
En las actas del Ayuntamiento ya en 1753 se registra la costumbre de realizar novenas y rogativas en dicha ermita, abierta al culto siglos atrás para devoción de arrantzales y mariñeles, que sentían sus problemas peculiares de naufragios, pérdida de la pesca y ahogamientos. En Meñacoz en 1767 aparece el cadáver de un pescador extranjero por el que se celebró un funeral solemne con la idea de que a la gente marinera de Sopelana también le gustaría que hicieran lo propio por un convecino que perdiera la vida en otras costas.
En 1772 se incoó un pleito con Barrica acerca de la Potestad de uno de ambos municipios sobre el terreno en el que se enclava la ermita de San Andrés, siendo la sentencia favorable a Sopelana.
En 1783 el Ayuntamiento patrocina dos novenas efectuadas en dicho pequeño templo, inspeccionándose los mojones del terreno que lo acordonan y cuyos fortines fueron reconocidos en 1786.
Consta en 1841 que la imagen de Nuestra Señora del Rosario que solía sacarse en precesión por la Anteiglesia, se instaló en esta ermita para iniciar con ella piadosa ceremonia.
Es lamentable que tanto los historiadores como los propios cronistas del pueblo (que eso vienen a ser los secretario y los párrocos en sus propios documentos) desatiendan las referencias que hubieran podido dar acerca de esta ermita, única de Sopelana, pues la de Santa Marina participa con Urduliz y la primera cita de la misma es de 1782.

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