martes, 28 de octubre de 2014

Historia de Sopelana (Sopela), XV

Por fin, la última entrega de la historia de Sopelana (Sopela), sacada de www.osakidetza.euskadi.net
Esta vez es simplemente la bibliografía utilizada por el autor.

Espero que aunque hay muchas entregas que han sido un poco densas, haya sido interesante leerlas. Al menos el que busque alguna vez la historia de Sopelana, que pueda encontrarla.


Bibliografía

1.- LOPE GARCIA DE SALAZAR Bienandanzas e Fortunas. Diputación Foral. Bilbao 1967
2.- JUAN RAMOS DE ITURRIZA Y ZABALA. Historia General de Bizkaia. Prólogo y notas de Angel Rodríguez Herrero. Bilbao 1967
3.- JAVIER DE IBARRA Y BERGE. Merindad de Uribe. Bilbao 1967
4.- JAVIER DE IBARRA Y BERGE. Escudos de Bizkaia. Librería Villar
5.- ANDRES E. DE MAÑARIKUA. Santa María de Begoña. Bilbao 1950
6.- SABINO DE ARANA Y GOIRI. Obras completas. Buenos Aires 1965
7.- ESTANISLAO JAIME DE LABAYRU. Historia General del Señorío de Bizkaia. Segunda edición de la Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao 1968
8.- ALFREDO BASANTA DE LA RIVA. Nobleza Bizkaina.Valladolid 1927.
9.- TEOFILO GUIARD. Historia de la Noble Villa de Bilbao. La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao 1974
10.- JUAN MAÑE Y FLAQUER. Viaje por Bizkaia. Bilbao 1967
11.- JUAN E. DELMAS. Guía histórico-descriptivo del Señorío. La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao 1980
12.- MANUEL BASAS. Las Casas-Torre de Bizkaia. Bilbao 1977
13.- CARLOS MARIA ZABALA. Guecho; Anteiglesia del Señorio. Bilbao 1977
14.- FIDEL DE SAGARMINAGA. El Gobierno y Régimen Foral del Señorío. Bilbao 1934
15.- JUAN ANTONIO LLORENTE. Noticias históricas de las Provincias Bascongadas. Madrid 1806
16.- I. DE SOLLUBE. Euskalerria. San Sebastían 1975
17.- ANDRES DE POZA. Antigua lengua de las Españas. Madrid 1959
18.- PUEBLOS DE BIZKAIA. Fascículo 44. Bilbao 1974
19.- LOS BASKOS EN LA NACION ARGENTINA. Edit. José R. de Uriarte. Buenos Aires 1916
20.- ANTONIO PEREZ DE AZAGRA. Casa de Butrón-Muxica. Bilbao
21.- FRANCISCO ELIAS DE TEJADA. El Señorío de Bizkaia. Bilbao 1943
22.- DARIO DE AREITIO. El Gobierno Universal de Bizkaia. Bilbao 1943
23.- FLORENCIO AMADOR CARRANDI. Catálogo de Genealogías. Casa de Juntas de Guernica, 1958
24.- REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA. Diccionario Geográfico-Histórico. Madrid 1802
25.- JAVIER DE YBARRA. La casa de Salcedo de Aranguren. Bilbao 1944
26.- M.F.M. DE VARGAS. La guerra en las Vascongadas 1833-1839. Madrid 1848
27.- DIPUTACION FORAL DE BIZKAIA. Ezagutu: Sopela-Barrika. Servicio de Turismo 1986
28.- NICANOR NARBARTE IRAOLA. Apellidos Vascos. Pamplona 1971
29.- GOBIERNO VASCO; DIRECCION DE ESTADISTICA. Censo de 1981
30.- PASCUAL MADOZ. Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico. Tomo XIV. Madrid 1849
31.- LUIS MITXELENA. Apellidos Vascos. 3ª Edición. San Sebastián 1973
32.- ISAAC LOPEZ MENDIZABAL. Etimologías de apellidos vascos. Buenos Aires 1982
33.- GRACE DE JESUS ALVAREZ. Topónimos en apellidos hispanos. Valencia 1968
34.- ENDIKA DE MOGROBEJO. Etimología de apellidos vascos. Bilbao 1982
35.- ALBERTO Y ARTURO GARCIA CARRAFFA. Diccionario Heráldico y Genealógico. Salamanca 1932
36.- EUSEBIO MARTIJA. Ermitas en el paisaje de Bizkaia. Bilbao 1982
37.- CASA DE JUNTAS DE GERNIKA. Fogueraciones; genealogías; censos. Documentos inéditos 1512-1906
38.- JUZGADO DE PAZ DE SOPELANA. Rectificaciones en el Registro Civil. 1914-1945
39.- AYUNTAMIENTO DE SOPELANA. Venta de montes. 1842
40.- AYUNTAMIENTO DE SOPELANA. Primer libro de sesiones. 1752-1829
41.- ARCHIVO HISTORICO ECLESIASTICO DE BIZKAIA. Libros de fábrica; bautismo, velación y difuntos
42.- COFRADIA DEL ROSARIO DE SOPELANA. Juntas de Mayordomía
43.- CORREGIMIENTO DEL SEÑORIO. Protocolos varios 1530- 1847
44.- ARCHIVO HISTORICO NACIONAL. Sección municipios; San Pedro de Sopelana
45.- ARCHIVO DIOCESANO DE CALAHORRA. Pleitos de clérigos. 1612-1730
46.- ARCHIVO HISTORICO DE SIMANCAS. Sección de genealogías
47.- CAMARA DE COMERCIO, INDUSTRIA Y NAVEGACION. Servicio de estudio. Informe socio-económico comarcal Plentzia-Munguia. Bilbao 1975
48.- AYUNTAMIENTO DE SOPELANA. Memoria de la gestión municipal. 1983-1985
49.- DIPUTACION FORAL DEL SEÑORIO. Providencias judiciales
50.- C. DE LA PLAZA. Duplicidad de leyes civiles en los municipios de Bizkaia. Bilbao 1912
51.- ARCHIVO DE GENEALOGIA, HERALDICA Y NOBILIARIA. Del autor. Bilbao, Mayo 1987

miércoles, 22 de octubre de 2014

Historia de Sopelana (Sopela), XIV

Penúltima entrega de la serie historia de Sopelana, sacada de www.osakidetza.euskadi.net


Heráldica municipal

Durante muchos años los municipios del Señorío de Bizkaia no han usado (ni se han preocupado de saber cuál es) el blasón que les tenía que representar, para diferenciarse de otras Anteiglesias próximas o lejanas a las que les sucedía lo mismo. Por lo que respecta a la Anteiglesia de San pedro de Sopelana hay un dato irrefutable; el de que su Corporación tenía admitido un escudo propio y peculiar de la Anteiglesia ya en 1788, como puede leerse en los chuzos conservador desde esa fecha en las Casa Consistorial, conservados celosamente hasta nuestros dais, sin habérseles tenido la consideración debida.
El escudo grabado en dicho chuzos en un blasón ovalado, en el que la pieza principal es un chevrón, acompañado de dos estrellas de cinco puntas en el jefe y de una panela en punta. Está timbrado dicho escudo con la tiara pontificia y asoman por sus flancos exteriores dos llaves cruzadas.
La razón fundamental para que este escudo se tenga como el más antiguo y más autorizado documentalmente, además de que se trata del primero que el Municipio de Sopelana adoptó para sí, es por la data de la sesión que celebró el Ayuntamiento el domingo 15 de Marzo de 1789, siendo Regidores Fieles de la Anteiglesia Ramón de Uriarte y Ramón de Abaroa (como se lee textualmente en el folio 129 vuelto, del libro más antiguo que se guarda en el Archivo Municipal) y que es la siguiente, textualmente: "Ytem. Asibien dieron endata la cantidad de quatro isetenta ysiette rrS q costaron los Shusos nuebos deplatta Echos de orn yconsenttimto delos vezs deesta dha Antteygª con conclusión delatraida de esde la villad e Bilbao... 477". Este texto, modificada la ortigrafía y trascrito con las reglas que rigen en la actualidad, lo leeremos así: "Ídem, así bien dieron en data la cantidad de cuatrocientos y setenta y siete reales que costaron los chuzos nuevos de plata hechos de orden y consentimiento de los vecinos de esta dicha Anteiglesia con inclusión de la traída desde la villa de Bilbao... 477 reales"
Además de en los chuzos, encontraremos este escudo sellando la documentación del Ayuntamiento de Sopelana con toda seguridad desde el acta de sesiones de 14 de noviembre de 1949, siendo Alcalde don Manuel Peña Arnaiz y ha permanecido durante los demás mandatos hasta hoy inclusive. Bien es cierto que en 1866-67, en las actas de sesiones, vemos que el tampón que las autoriza es de una iglesia, superada de dos llaves cruzadas en sotuer, cuya forma exterior del sello es ovalada con esta inscripción: "N. Ayuntamiento de Sopelana"; interpretando esa "N" inicial como abreviatura del calificativo de Noble.
Todavía en 1940 encontramos ese mismo sello en los oficios de la Secretaría del Ayuntamiento de referencia. Pero no debo silenciar que, durante la legislatura del Alcalde Francisco de Ondiz, él optó por un sello ovalado horizontal en el que simplemente se lee "Alcaldía de Sopelana".
Por tanto, el heraldista no tiene planteamiento de problema alguno en cuanto al blasón municipal de San Pedro de Sopelana. Efectivamente; tanto el actual Rey de Armas don Vicente de Cadenas y Vicent, como el marqués de Desio, han tenido sumo cuidado en evitar que los municipios, cuyos ediles y secretarios no tiene por qué estar en el conocimiento de las leyes del blasón, incurrieron en los caprichos o simples adornos más o menos decorativos, que sueles reflejarse en la parte externa de los que ha de definirse como escudo propiamente dicho.
El Instituto Salazar y Castro, del Consejor Superior de Investigaciones Científicas, del que soy diplomado, custodia una muy completa colección de Sigilografía y Heráldica Municipal con los tampones y membretes heráldicos iniciados por Orden Ministerial de Gobernación del año 1875. Entre las obras que se han dedicado a las diversas secciones de esta heráldica municipal, en España destacan las del profesor señor Cadenas; apoyándose en los criterios que sobre la heráldica consistorial francesa Alberto Robert Lousie; en la sueca, Gunnar Sheffer; en la suiza, Alfred Bodemer; en la italiana, el difunto Carmelo Arnone y en la alemana, Ottfried Neubecker. Por ello, para estudiar exclusivamente la heráldica municipal de la anteiglesia de Sopelana, me encuentro respaldado por una doctrina capaz y autorizada, explanada después por los marqueses del Saltillo, Aledo y Montesa y por los señores Gómez del Campillo y Guillén que tienen sobrados conocimientos de la totalidad de las reglas heráldicas, pues evitaron con su intervención enérgica las incorrecciones que por tolerancia desgana asumieron muchos municipios.
Por Decreto de 13 de Abril de 1951, se establecieron unas normas elementales a tenor de las cuales acomodaré mi dictamen sobre el escudo del Ayuntamiento de Sopelana, que nos ocupa.
Manteniéndome en lo que es su blasón exclusivo (chevrón, estrellas y panela), desde un principio propongo la supresión de los timbres. La palabra timbre tienen en la ciencia del blasón dos denominaciones o significados; uno general, que se refiere a "todos los ornamentos o figuras de los que se sirve la armería para el adorno exterior del escudo" y otro particular, que especifica el " timbre" explícito que tiene tantas clases cuantos ornamentos. En relación con el Escudo Municipal de Sopelana antes mencionado, aprobado democráticamente por sus vecinos en 1788 para confeccionar los chuzos de plata en los que se grabó, es inadmisible en la actual ciencia del blasón que se mantengan la teara, las llaves y el campo ovalado, puesto que son única y exclusivamente de uso de los Romanos Pontífices, pues aun cuando Sopelana se atrevió a plasmarlos en su heráldica con referencia a su Patrono San Pedro, primer papa, yo profesionalmente no puedo transigir con que se perpetúen en lo sucesivo. Ejemplo nos ha dado la Diputación Foral, que en la heráldica peculiar de Bizkaia, ha eliminado el león que atenazaba en sus garras al blasón tradicional del Señorío de Bizkaia. Lo mismo puede decirse de las llaves, que son otro emblema pontificio como luego veremos.
Nos ratificamos en el criterio de que el escudo está ideado para identificar a un municipio de cualquier otro; por lo que ha de desestimarse cualquier analogía recíproca. Sin salirnos de Euskadi, las peculiaridades pontificas de la tiara y de las llaves, indistintamente, las vemos en Dima, Deusto, Valle de Atxondo, en Bizkaia; en Asteasu, Leaburu, Bergara y Zumaia, en Gipuzkoa; Labaien en la Merindad de Pamplona, en Nabarra etc. Nada digamos sobre la incorrecta plasmación de un edificio-iglesia en muchísimos escudos, o pseudoescudos, que no bizkaia mismo, lo asumieron como pieza fundamental del escudo; los cuales, más que para identificarlos, que es para lo que están dichos blasones, sólo sirven para para confundirlos entre sí; como se ve en el escudo de Leioa, Abandiano, Barrika, Zaratamo, Arrazua, Gatika, Zeanuri, Busturia, Gorliz y aun en el de la propia villa de Bilbao que a partir del siglo XVII adoptó un remedo del templo de San Antón, al que estaba anexo su ayuntamiento.
No justifica es absoluto que las diversas familias que segajadas del tronco común del linaje de Sopelana utilizaron las llaves en su escudo; porque también éstas se esculpieron, por ejemplo, en el escudo del antiguo pabellón anexo del palacio de Legizamon, del barrio de su nombre en al anteiglesia de Etxebarri. Bien atinó Ibarra y Bergíe al descubrir el escudo que se halla sobre la puerta ojival de acceso al templo parroquial de Sopelana en su pórtico (dos llaves y cuatro panelas) que este escudo no es de la Anteiglesia de Sopelana, sino del "linaje de Sopelana que tienen su origen en Fortun de Arteach de Montehermoso de Salceso, cuyo a su vez aparecía (antes de la restauración de las paredes interiores de esta Anteiglesia) en el remate del retablo mayor, junto con los escudos de Mendoza, Lara, Butron Y Salcedo". Ese escudo sobre la puerta de acceso a esta iglesia, lo vio Ibarra recién pintado de blanco y amarillo. Dice que estos colores los han puesto caprichosamente. Parece que dicho señor tuvo un lapsus, ya que sabido es que la bandera pontificia es de los colores blanco y amarillo, registrados en la vexilología internacional y admitidos en el código de las banderas llamadas de navegación o marítimas por lo que respecta al Estado del Vaticano.
Todavía más: No se ciñeron los Sopelana a las llaves cruzadas, con panelas en los huecos de las mismas. En pleno siglo XVIII y por deferencia a uno de los miembros del linaje Sopelana, el cual fue alcalde en 1701 de Portugalete, don Bartolomé de Sopelana, el escudo de éste ( que se hallaría en su casa de la calle del Medio) al ser derribada ésta se colocó en el paredón que circundaba la torre de Salazar de la mencionada villa, con sus llaves de la bóveda, ante el altar de Nuestra Señora del Rosario, en cabeza de la nave del Evangelio de la iglesia parroquial de Santa María de Portugalete. Todavía hay mayor confusión en el escudo que el linaje de Sopelana (con dos llaves en sotuer y con tres panelas en fila, más otra a la diestra de dichas llaves), se encuentra en el dintel de la puerta del muro del palacio en ruinas de los Salazar-SopelanaSalcedo del barrio de pobeña, del consejo de San Julián de Muskes. Sin panelas asimismo aparece en un escudo en una casa hundida, en un lavadero de mineral en barrio de San Martín de dicho Concejo de San Julian de Muskes.
De todo ello se deduce que, la piedra heráldica del dintel de la puerta de acceso a la iglesia parroquial de Sopelana, tampoco puede servirnos como pista para de ellas deducir que las llaves deban ir o no acompañadas de panelas. Además, sería incorrecta la forma acostumbrada de presentarlas, que suele ser que ambas sean de un mismo color, puesto que en las Crónicas Pontificias se señala que en el Vaticano el esmalte de la llave de la izquierda es de plata y el de la derecha, de oro. Advertimos a este respecto que las empuñaduras de estas llaves se hallan hacia abajo (porque están en la mano) y el gancho hacia lo alto, por la esfera de acción de estas llaves está en el cielo.
El 31 de Junio de 1844 se constituyó la junta de la iglesia de San Pedro Apóstol de Sopelana siendo párroco don Saturnino Zurbano.
En el folio seis vulto, de las cuentas de fábrica de dicha junta, aparece por primero y única vez un tampón de tienta grisácea con la tiara y debajo las llaves cruzadas. Este dato, examinado con toda imparcialidad, inhabilita al parroquiales. Si las llaves cruzadas. Este dato, examinado con toda imparcialidad, inhabilita al Ayuntamiento a que repita en su escudo estos emblemas exclusivamente pontífices, son de uso exclusivo de los Papas y en rigor debían de solicitarse de los mismos su uso; tanto más cuanto que en el Vaticano se tiene en tanto consideración las mismas, que cuando fallece un Pontífice el Cardenal-Camarlengo no permite que ni tan siquiera se pongan en el catafalco del Papa difunto.
Mucho más escrupulosos son en el Vaticano con la tiara, compuesta de tres coronas reales yuxtapuestas. El abate Choisi explica que el primer Papa que usó escudo de armas fue Bonifacio VIII (cuyo reinado ocupa de 1294 a 1303) con la tiara adicional, a al que Juan XXII, que murió en 1334, perfiló en las tres coronas antes dichas que significan las tres dignidades del Papa, regia, imperial y sacerdotal, por lo que es un incongruencia que (como antes decíamos) aunque hagan referencia a San Pedro y éste sea el Patrono de un municipio, nunca un organismo oficial civil debe atreverse a adoptarla. Lo yelmo o casco que, para expresar el grado de nobleza, la Anteiglesia de Sopelana merecía como perteneciente al Señorío de Bizkaia. Venía su uso de las armas defensivas que los antiguos guerreros llevaban en los combates para proteger la cabeza. Se coloca encima del escudo como en señal de Protección. Se ve generalmente el yelmo adornado como de plumas o de telajes que bajan por ambos flancos del escudo, a los que se les llama lambrequines y que en legítimas legislación heráldica han de acompañar al escudo descrito de la Anteiglesia de Sopelana, sacrificando las llaves y tiara pontificios, que son improcedentes.
No menos arbitrario e incorrecto es el contorno del escudo tradicional de Sopelana, que aparecía ovalado; figura de uso exclusivamente italiano o eclesiástico, como que es del Papa, que ha de sustituirse por la forma normal de la heráldica imperante en el Señorío de Bizkaia; como en ocasión de preparar la heráldica de los municipios que componen la parcela del Plentzia-Mungia practicó la Cámara de Comercio de Bilbao, exponiéndola (por lo que se refiere a Sopelana) con su borde en cuadrilátero.
¿Por qué, entonces, Sopelana se arrogó este escudo?. Invitamos a los curiosos a contemplar en la clave circular y acordonada de la crucería del presbiterio de la ermita de San Andrés de Meñakoz (en la carretera de Sopelana a Barrika y Plentzia) el escudo que está con dos chevrones, unidos por un rombo o losanje superpuesto, al punto de que la unión de ambos le hacen parecer un aspa con una estrella en jefe y, debajo, una panela o corazón. Sépase que la estrella es referencia clara a la Merindad de Uribe a la que desde antiguo perteneció Sopelana y la panela a los Salcedo.

Conclusión final al escudo de Sopelana

Observadas, por tanto, las salvedades antedichas y ajustándonos a las normas de la Heráldica Municipal más correcta, la deducción lógica de esta análisis histórico, pontificio y armorial que nos compete, es de que (reconocidos todos los estudios que acerca del blasonario de la Anteiglesia de Sopelana y de su linaje homónimo realizado) el blasón definitivo del Municipio que nos ocupa es: EN CAMPO DE AZUR, UN CHEVRON DE ORO, ACOMPAÑADO DE DOS ESTRELLAS, EN LA PARTE SUPERIOR, Y DE UNA PANELA EN LA INFERIOR, TODAS DEL MISMO METAL.

martes, 14 de octubre de 2014

Historia de Sopelana (Sopela), XIII

Antepenúltima entrada de la historia de Sopelana sacada de www.osakidetza.euskadi.net
Me hace gracia justo las últimas palabras: "...el inadmisible vocablo local de Sopela.", cuando este mismo año (2014) se ha cambiado oficialmente la denominación de nuestro pueblo, de Sopelana a Sopela; incluso hay una entrada en el blog dedicado a dicho cambio: cambio de nombre de Sopelana a Sopela


Etimología

Muchas veces el desconocimiento de las circunstancias más remotas de un lugar o de una Anteiglesia puede subsanarse mediante la etimología del topónimo respectivo. En él suele condensarse un cúmulo de datos que configuraban, bien el paraje o casa, bien su accidente geográfico. Hoy, al saber a qué aspecto de estos se adaptaba, llegaríamos a la conclusión (en el caso de Sopelana) de conocer cómo era nuestra Anteiglesia cuando se le dió ese nombre, pues en ocasiones el lugar es antes que el apellido.
Aunque después sacaremos nuestras propias deducciones, quien primero ofrece la etimología de Sopelana es el erudito Juan Ramón de Iturriza y Zabala en su "Historia General de Vizcaya", capítulo 49 de la primera parte que inicia con esta palabra: "En paraje alta de buenas vista de las costa marítima, tiene su situación la Anteiglesia de Sopelana que denota "somo pelado".
Ya sabemos que "somo" significa en castellano la adecuación latina de "elevación". Pero Angel Rodríguez Herrero, que añadió a aquella obra de Iturriza (fallecido en 1812) el prólogo, notas e índices, advierte que esta y otras etimologías dan a entender que en este punto hay que desconfiar mucho de Iturriza, a pesar de su buen juicio y conocimiento de las antigüedades de Vizcaya.
Efectivamente; también Juan E. Delmas, cuya "guía Descriptiva del Señorío", impresa en 1894, suele basarse en los datos que aportó Iturriza, si bien repite lo de las buenas vista, sin embargo para nada acepta lo de la etimología del pueblo que nos ocupa.
En las exhaustivas notas sobre las etimologías de los apellidos Vascos en las que trabajó Isaac López Mendizabal, para él la palabra Sopelana está formada por obe u obi, "pasto" y los sufijos -al, -ana, añadiéndole la S protética, acompaña una interrogante como desconfiando de su interpretación que él ordinariamente extraía de los nombres de vegetales.
Nicanor Narbarte en su obra "Apellidos Vascos", y otros autores a quienes he tenido en cuenta en mi "Diccionario Etimológico de Apellidos Vascos" vuelven a coincidir en que Sopelana es "pastizal"; "prado bajo cultivado".
Hay otra etimología, unida a la palabra "-obe" que, además de pastizal significa "gruta", que a José Antonio Mujika hace decir que Sopelana e incluso Sopitea (una forma más de Txopitea) significa "sitio de grutas o de pastos". Desde luego que no son palabras sinónimas y es necesaria una gran imparcialidad para acomodar, todo esto de sitios edificados, de pastizales y de grutas, en el área de la jurisdicción primitiva de lo que fue la Anteiglesia de Sopelana.
Pero lo que más puede chocar en nuestros días es la postura del profesor Koldo Mitxelena según cuya doctrina, apoyándose (ya que no cimentándose) en un articulito de Fernando del Valle Lertxundi en la Revista Internacional de Estudios Vascos, tomo XXIV, página 178, Sopelana estaría formada de Txopel-ana como derivación del diminutivo del nombre de Lope, que estaría en el nomenclátor vasco desde el siglo XV, o incluso anteriormente ya en bajo uso. Eso lo conocía Sabino de Arana y Goiri cuando escribió el "Tratado Etimológico de los Apellidos Euskerikos" (número 25 de "Bizkaitarra" de 24 de Abril de 1895) en el que dice que el nombre de Txope es el equivalente vasco de Lopecito, como Pello es de Pedrito y Matxin de Martinito. Añade que, aunque muy escasos, han de ser admitidos; pues componen "nombres de pila extranjeros que, al ser adoptados por la raza euskeriana, recibieron alguna modificación en su forma, euskerizándose. Los que no sufrieron alteración ninguna no pueden ser considerados como nombres euskerikos, por lo mismo qué conservaron íntegra su forma erderika.
Pero sea cual fuere la auténtica raíz etimológica o la construcción morfológica de Sopelana, todavía "Euskaltzaindia" no ha presentado razones históricas y documentadas por las que nuestra querida Anteiglesia, que oficialmente se llama Sopelana, se sienta rebautizada como "Sopela" y que por tanto al natural de ella se le haya de llamar sopelaztar o sopelar.
Pero en que no duda el aludido profesor Mietxelean es en lo que la terminación -Ana significa. Indica el lugar donde Existieron núcleos de población construidas; es decir urbanas, y cita apellidos y topónimos como Antezana, Durana, Erdoñana, Subijana, Marzana, Maturana, Antuñana, etc. Esto le hace situar a Sopelana, concretamente, como lugar construido por un Lope (diminutivo Txope) como Marzana lo fuera por un tal Marciu, Ondoñana por un Ordoña, etc.
Igual que Sopelana, otras derivaciones del nombre de Lope o Txope serían los apellidos de Txoperene, Txopeitia, Txopitea, Txopitegi, etc. De der esto cierto desbarataría muchas noticias que hasta ahora se tenían por las más antiguas de esta Anteiglesia, al tener que localizar de qué Lope se trata. Esto no tiene dificultad si leemos detenidamente la primera referencia bibliográfica sobre Sopelana que es la ceñida al libro " Las Bienandanzas e Fortunas" de Lope García de Salazar en su capítulo 21, de que "el primero que allí pobló fue Lope Martínez de Ondazarroz de Salcedo", pero el llamarle a éste Txope no parece justificado y sí lo es denominar con tal diminutivo al desgraciado señor de Bizkaia don Lope Diez de Haro que fue el que, desde Gaminiz (Plentzia), hasta Portugalete, amparó a cuantos querían dedicarse a las industrias balleneras. Por su postura displicente y recia ante el Rey Sancho le asesinó este en Alfaro y como Argote de Molina refiere, el epitafio que se puesto en el sepulcro de dicho señor alude a los lloros y llantos que acompañaron a su muerte, ocurrida el martes 8 de Junio de 1288. Por tanto, el Txopelana puede hacer referencia a este Txope.
La catedrática de lenguajes modernos de la Universidad del Estado de New York en Brockport, Grace de Jesús Alvarez, se reafirma en cuanto al sufijo dicho de -ana; por lo cual, en parte debemos tomar en consideración la alusión al nombre personal de un Lope en esta etimología. Bien es verdad que el Txopite, que sirve de raíz a los apellidos antes citados, es a su vez derivación de Sopite, que a su vez lo es de Zupide y ésta de "Zubide" (camino del puente, camino de la Serpiente; camino de maderas), con lo que también podemos aventurar otra etimología de Sopelana en el sentido de que, como la hemos visto trascrita y documentada en la forma de "Zopelana", el actual nombre en pasadas épocas fue entendido como Zubilana. Precisamente en euskera en muy común el cambio de B en P, con lo que se puede dar la Hipotética variación inicial de Zubilana o Zupilana en Zopelana.
La máxima autoridad de Bizkaia en nuestro milenario idioma, don Jaime de Kerexeta, ha revisado mi investigación sobre el nombre de Sopelana y afirma estar totalmente de acuerdo con lo que digo, adhiriéndose también con el criterio propuesto por nuestro gran filólogo el profesor Mitxelena; es decir, que Sopelana significa "vivienda, casa o propiedad de Lope el Pequeño o de Lopecito"; que posteriormente daría su nombre al lugar, como ocurre (textualmente en el comunicado del señor kertxeta) frecuentemente en Bizkaia en Barrada, aldeas y feligresías. Sopelana tenía, aun en 1685, tan sólo 58,5 fogueras. Así, no hay resquicio posible para admitir otras hipótesis etimológicas emparentadas con el inadmisible vocablo local de Sopela.

viernes, 10 de octubre de 2014

Historia de Sopelana (Sopela), XII

Duodécima entrega de la historia de Sopelana sacada de www.osakidetza.euskadi.net
Nos vamos acercando al final de esta serie de la historia de Sopelana, sólo me quedan tres por poner aquí.


Lista de Alcaldes de Sopelana

Tenemos que dejar constancia de aquellos convecinos de la anteiglesia sobre cuales recayó la responsabilidad de gobernar su municipio; porque muchas veces se olvida que el devenir histórico siempre tiene un gestor, por lo que aquellas anécdotas que se refieren a cuanto resulto beneficioso, otras veces perjudicial, a los interés de la comunidad, suponen indirectamente un autor que suele pasar desapercibido: el Alcalde. En ocasiones se le llamó Fiel Regidor, por lo que al Ayuntamiento se le denominaba Fielato. También ha de percatarse el lector de que se acostumbró a elegir dos personas para ocupar dicho cargo; figura que hoy lleva la categoría de Teniente de Alcalde. por lo que hace al Ayuntamiento de Sopelana, desde 1768, el Fiel Regidor o Alcalde debía presentar las cuentas de su gobierno en cada mes de Mayo y esta es la razón por la cual aparecen los nombres de los sucesivos titulares de la alcaldía en los libros de sesiones que nos han facilitado la lista que ofrecemos. Nos encontraremos con el caso de que repite en la alcaldía en varios relevos de un mismo individuo. Es de lamentar que los libros del Ayuntamiento de Sopelana encabezado en 1759, al folio 61 vemos que los Fieles cobraban 4 reales al día. En 1772 el 16 de Febrero se aprobó por la Corporación una partida para hacer diligencias judicialmente y (que costaron 28 reales) para que en adelante "los Fieles Regidores de esta República sean nombrados por sorteo". Esta moción fue presentada por Francisco de Baraño, Alcalde varias veces del Ayuntamiento que nos ocupa. En él sólo una mujer ha ocupado el sillón de Alcalde; en 1933, doña Concordia Moral.
A partir de dicho año de 1750, planteamos la existencia de los siguientes señores, Fieles Regidores o Alcaldes, no sin reflejar antes el nombre del que en el proceso de las fogueraciones (en la hecha entre los años 1745 y 1746) figura como Alcalde:
1746.- Carlos de Larraondo
1750.- Juan Bautista de Cobaran Larraondo y Antonio de Arrabar
1753.- Francisco de Bareño Alonsoena y José de Garkoki
1754.- Miguel de Asua y Ambrosio de Zalduondo
1755.- Juan Antonio de Zalduondo y Ventura de Gastañaga
1756.- Juan de Urrutikoetxea y Pedro de Atxondo
1757.- Antonio de Kortina y Juan de Manene
1758.- Domingo de Manene y Domingo de Zaldibar
1759.- Juan Bautista de Dobaran Larrondo Y Antonio de Aznabar
1760.- Francisco de Kortina y José de Manene y Bareño
1761.- Francisco de Abaroa y Juan de Bidaurrazaga
1762.- Domingo de Bareño Uria y Francisco de Bareño Alonseaga
1764.- José de Arrarte
1765.- Ramón de Larraondo y Francisco de Bareño
1766.- Juan Antonio de Zalduondo y Francisco de Abaroa
1767.- Pedro de Aldekoa Iturralde y Antonio de Kortina
1768.- Francisco de Kortina y Domingo Manene
1769.- Ambrosio de Zalduondo y Domingo de Bareño Uria
1770.- Francisco de Kortina y Ambriosi de Zalduondo
1771.- Domingo de Arteaga y Ventura Gastañaga
1772.- Martín de Amezkarai y Juan Antonio Uretxaga
1773.- Francisco de Urrutikoetxea y Antonio de Gonia
1774.- Benito de Kortina y Francisco de Bareño
1775.- Antonio de Kortina y Juan Manuel de Agirre
1776.- Francisco de Kortina y Francisco de Bareño Alonsoena
1777.- Domingo de Zalbidea y Juan Antonio de Basagoiti
1778.- Ramón de Larraondo y Francisco de Bareño Ibarra
1779.- José de Manene Bareño y Domingo de Atxondo Goikolea
1780.- Juan de Bidaurrazaga y Francisco de Kortina y Aresti
1781.- Francisco de Bareño Alonsoena y Juan Bautista de Zalbidea
1782.- Francisco de Kortina y José de Arrarte
1783.- Juan Antonio de Zalduondo y Antonio de Bareño
1784.- Juan de Abaroa y Ambrosio de Zalduondo
1785.- Domingo de Zalbidea y Francisco de Larraondo
1786.- Ramón de Uriarte y Juan Bautista de Urretxaga
1787.- Miguel de Bareño Alonsoena y Francisco de Bareño Ibarguren
1788.- Ramón de Abaroa y Ramón de Uriarte
1789.- Juan de Abaroa y Juan Antonio de Zalduondo
1790.- Francisco de Kortina y Juan de Bidaurrazaga
1791.- Francisco Antonio de Arteaga y Antonio de Bareño
1792.- Juan Bautista de Zalbidea y José de Iturriaga Mentxaka
1793.- Ramón de Uriarte y Juan de Iraolaga
1794.- Antonio de Aznabar y Juan Bautista de Larragoiti
1795.- Juan Baustista de Urretxaga y Francisco Antonio de Arteaga
1796.- Juan Bautista de Basagoiti y Matías de Aldekoa
1797.- Uan de Iturriaga Mentxaka y Juan Antonio de Manene
1798.- Santiago de Zalbidea y Antonio de Bareño
1799.- Ramón de Larraondo y Antonio de Goiri
1800.- Pedro Antonio de Zalbidea y Miguel de Bareño
1801.- Juan de Abaroa y Francisco de Urrutikoetxea
1802.- Francisco de Arrarte y Juan de Iturriaga
1803.- Juan Bautista de Urretxaga y José Manuel de Urrutikoetxea
1804.- Juan de Basagoiti y Juan de Iraolaga
1805.- Antonio de Goiri y Juan de Iturriaga
1806.- Ramón de Uriarte y Antonio de Bareño
1807.- José de Bareño y Pedro Antonio de Zalbidea
1808.- Juan Antonio de Manene y Antonio de Urrutikoetxea
1809.- Francisco Antonio de Arteaga
1810.- Ramón de Uriarte y Juan Antonio de Uriarte
1811.- Francisco Antonio de Arteaga
1812.- Fernando de Aldekoa
1813.- Juan Antonio de Manene
1814.- José de Aldekoa
1815.- Francisco Antonio de Arteaga
1817.- José de Aldekoa y Juan Bautista Bareño
1818.- Juan Antonio de Zalduondo y Juan Bautista de Larraondo
1819.- Casimiro de Bidaurrazaga y Pedro de Zubeagirre
1820.- José de Bareño e Ignacio de Larrazabal
1821.- Juan Antonio de Manene y Juan Bautista de Bareño
1822.- Juan de Larrazabal y José de Aldekoa
1824.- Juan Antonio de Manene
1825.- Juan Bautista de Bareño y Juan Antonio de Manene
1826.- José de Bareño y Juan de Urretxaga
1828.- Juan de Oleaga y Pedro de Zubeagirre
1829.- Ramón de Iraola y Simón de Agirre
1842.- Casimiro de Bidaurrazaga
1843.- Ramón de Iraolaga
1844.- Simón de Urrutikoetxea
1845.- Casimiro de Bidaurrazaga
1865.- Miguel de Deocracias de Uretxaga
1867.- Francisco de Ayo
1869.- Basilio de Ugarte
1871.- Manuel de Eguskiza y Artaza
1872.- Ramón de Zubiagirre
1573.- Juan Venancio de Eguzkiza y Juan Antonio de Miragarai
1874.- Miguel Deogracias de Uretxaga
1875.- Miguel Deogracias de Uretxaga y Francisco de Ayo
1875.- Claudio de Zalbidea y Florentino de Sarria
1876.- Pedro Basagoiti, Ramón Zubiagirre y José Agustín Eguskizaga
1876.- Miguel Deogracias de Uretxaga
1877.- Juan Manuel de Ansoleaga
1881.- Julián de Aldekoa
1883.- José María de Zuazua
1885.- Juan Bautista de Arriaga
1887.- José María de Otazua
1889.- Ignacio Bilbao
1889.- José de Otazua
1890.- Ignacio Bilbao
1894.- Juan José de Bilbao
1896.- Juan María de Otazua
1899.- Francisco Zalduondo
1902.- Enrique Urrutikoetxea
1921.- Francisco de Ondiz
1922.- José de Elorriaga
1926.- Fernando de Oleaga
1930.- Antonio de Aretxabaleta
1833.- Concordia Morar y Varga
1934.- Juan de Dios Uriarte y Uriagereka
1943.- Isidoro Zamakona
1948.- Manuel Peña Arnaiz
1955.- Jerónimo Azpiri Díaz
1969.- José Garrido Larueña
1979.- Carlos Basterretxea Urbano
1983-1987.- José Antonio Torrontegi y Basarte