Blog cuya única finalidad es mostrar imágenes o fotos del pueblo de Sopela (hasta 2014 Sopelana).
martes, 9 de diciembre de 2014
Entradas / salidas de Sopelana
Lo primero y lo último que ve el visitante o vecino de Sopelana cuando llega o se va.
Son siete las entradas a Sopelana (salidas en sentido contrario):
1.-Desde Berango por la BI-637
2.-Desde Barrika por la BI-2122
3.-Desde Barrika por la calle Mendietas
4.-Desde Urduliz por la BI-634
5.-Desde Urduliz por la calle Eleizalde (da a Olabide)
6.-Desde Unbe por la BI-3124
7.-Desde Berango por la zona de Urko
Obviamente no entro a contar las que se podrían hacer en bici, andando o con lo que sea... porque también hay bidegorris, caminos de tierra y caminos pavimentados.
Si os fijais bien hay algunos carteles que ya habían cambiado cuando hicieron el cambio de denominación oficial de "Sopelana" a "Sopela",otras fotos son anteriores.
Y todas ellas son anteriores a los nuevos carteles que han puesto hace pocos días, a ver si hago unas fotillos y las pongo también aquí, o el que quiera puede enviármelas y las pongo.
Unas fotos aereas donde se ven varios de los accesos a Sopelana:
En la primera se ven los accesos 1 (izquierda) y 7 (derecha)
En esta segunda se ven los accesos 3 (a la derecha en el centro), 4 (izquierda abajo) y 5 (izquierda arriba)
Y por último, un mapa donde señalo las 7 entradas:
jueves, 20 de noviembre de 2014
Ermita del Carmen
En Larrabasterra está la ermita del Carmen, ahora rodeada de casas pero antes un poco más aislada. Hace poco (unos meses) han puesto, por fin, un semáforo en el paso de peatones que había enfrente para poder cruzar la carretera con un poco de seguridad.
Aquí van unas fotos desde diferentes ángulos de la ermita:
Una foto desde arriba, tomada de Google Maps, tiene ya unos pocos años porque todavía no se había hecho el paseito que rodea a la ermita (con bancos y fuente):
Para quien no sepa dónde encontrarla, el mapa indicativo:
Aquí van unas fotos desde diferentes ángulos de la ermita:
Y algunos detalles de más cerca:
Una foto desde arriba, tomada de Google Maps, tiene ya unos pocos años porque todavía no se había hecho el paseito que rodea a la ermita (con bancos y fuente):
Para quien no sepa dónde encontrarla, el mapa indicativo:
Ubicación:
Sopelana, Vizcaya, España
martes, 28 de octubre de 2014
Historia de Sopelana (Sopela), XV
Por fin, la última entrega de la historia de Sopelana (Sopela), sacada de www.osakidetza.euskadi.net
Esta vez es simplemente la bibliografía utilizada por el autor.
Espero que aunque hay muchas entregas que han sido un poco densas, haya sido interesante leerlas. Al menos el que busque alguna vez la historia de Sopelana, que pueda encontrarla.
Esta vez es simplemente la bibliografía utilizada por el autor.
Espero que aunque hay muchas entregas que han sido un poco densas, haya sido interesante leerlas. Al menos el que busque alguna vez la historia de Sopelana, que pueda encontrarla.
Bibliografía
1.- LOPE GARCIA DE SALAZAR Bienandanzas e
Fortunas. Diputación Foral. Bilbao 1967
2.- JUAN RAMOS DE ITURRIZA Y ZABALA. Historia General
de Bizkaia. Prólogo y notas de Angel Rodríguez Herrero. Bilbao 1967
3.- JAVIER DE IBARRA Y BERGE. Merindad de Uribe. Bilbao
1967
4.- JAVIER DE IBARRA Y BERGE. Escudos de Bizkaia.
Librería Villar
5.- ANDRES E. DE MAÑARIKUA. Santa María de Begoña.
Bilbao 1950
6.- SABINO DE ARANA Y GOIRI. Obras completas. Buenos
Aires 1965
7.- ESTANISLAO JAIME DE LABAYRU. Historia General
del Señorío de Bizkaia. Segunda edición de la Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao
1968
8.- ALFREDO BASANTA DE LA RIVA. Nobleza Bizkaina.Valladolid
1927.
9.- TEOFILO GUIARD. Historia de la Noble Villa de
Bilbao. La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao 1974
10.- JUAN MAÑE Y FLAQUER. Viaje por Bizkaia. Bilbao
1967
11.- JUAN E. DELMAS. Guía histórico-descriptivo
del Señorío. La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao 1980
12.- MANUEL BASAS. Las Casas-Torre de Bizkaia. Bilbao
1977
13.- CARLOS MARIA ZABALA. Guecho; Anteiglesia del
Señorio. Bilbao 1977
14.- FIDEL DE SAGARMINAGA. El Gobierno y Régimen Foral
del Señorío. Bilbao 1934
15.- JUAN ANTONIO LLORENTE. Noticias históricas
de las Provincias Bascongadas. Madrid 1806
16.- I. DE SOLLUBE. Euskalerria. San Sebastían
1975
17.- ANDRES DE POZA. Antigua lengua de las
Españas. Madrid 1959
18.- PUEBLOS DE BIZKAIA. Fascículo 44. Bilbao
1974
19.- LOS BASKOS EN LA NACION ARGENTINA. Edit.
José R. de Uriarte. Buenos Aires 1916
20.- ANTONIO PEREZ DE AZAGRA. Casa de
Butrón-Muxica. Bilbao
21.- FRANCISCO ELIAS DE TEJADA. El Señorío de
Bizkaia. Bilbao 1943
22.- DARIO DE AREITIO. El Gobierno Universal de
Bizkaia. Bilbao 1943
23.- FLORENCIO AMADOR CARRANDI. Catálogo de Genealogías.
Casa de Juntas de Guernica, 1958
24.- REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA. Diccionario
Geográfico-Histórico. Madrid 1802
25.- JAVIER DE YBARRA. La casa de Salcedo de
Aranguren. Bilbao 1944
26.- M.F.M. DE VARGAS. La guerra en las
Vascongadas 1833-1839. Madrid 1848
27.- DIPUTACION FORAL DE BIZKAIA. Ezagutu:
Sopela-Barrika. Servicio de Turismo 1986
28.- NICANOR NARBARTE IRAOLA. Apellidos Vascos. Pamplona
1971
29.- GOBIERNO VASCO; DIRECCION DE ESTADISTICA. Censo
de 1981
30.- PASCUAL MADOZ. Diccionario
Geográfico-Estadístico-Histórico. Tomo XIV. Madrid 1849
31.- LUIS MITXELENA. Apellidos Vascos. 3ª Edición.
San Sebastián 1973
32.- ISAAC LOPEZ MENDIZABAL. Etimologías de
apellidos vascos. Buenos Aires 1982
33.- GRACE DE JESUS ALVAREZ. Topónimos en
apellidos hispanos. Valencia 1968
34.- ENDIKA DE MOGROBEJO. Etimología de apellidos
vascos. Bilbao 1982
35.- ALBERTO Y ARTURO GARCIA CARRAFFA. Diccionario
Heráldico y Genealógico. Salamanca 1932
36.- EUSEBIO MARTIJA. Ermitas en el paisaje de
Bizkaia. Bilbao 1982
37.- CASA DE JUNTAS DE GERNIKA. Fogueraciones;
genealogías; censos. Documentos inéditos 1512-1906
38.- JUZGADO DE PAZ DE SOPELANA. Rectificaciones
en el Registro Civil. 1914-1945
39.- AYUNTAMIENTO DE SOPELANA. Venta de montes. 1842
40.- AYUNTAMIENTO DE SOPELANA. Primer libro de
sesiones. 1752-1829
41.- ARCHIVO HISTORICO ECLESIASTICO DE BIZKAIA. Libros
de fábrica; bautismo, velación y difuntos
42.- COFRADIA DEL ROSARIO DE SOPELANA. Juntas de
Mayordomía
43.- CORREGIMIENTO DEL SEÑORIO. Protocolos varios
1530- 1847
44.- ARCHIVO HISTORICO NACIONAL. Sección
municipios; San Pedro de Sopelana
45.- ARCHIVO DIOCESANO DE CALAHORRA. Pleitos de
clérigos. 1612-1730
46.- ARCHIVO HISTORICO DE SIMANCAS. Sección de
genealogías
47.- CAMARA DE COMERCIO, INDUSTRIA Y NAVEGACION. Servicio
de estudio. Informe socio-económico comarcal Plentzia-Munguia. Bilbao 1975
48.- AYUNTAMIENTO DE SOPELANA. Memoria de la
gestión municipal. 1983-1985
49.- DIPUTACION FORAL DEL SEÑORIO. Providencias
judiciales
50.- C. DE LA PLAZA. Duplicidad de leyes civiles
en los municipios de Bizkaia. Bilbao 1912
51.- ARCHIVO DE GENEALOGIA, HERALDICA Y
NOBILIARIA. Del autor. Bilbao, Mayo 1987
miércoles, 22 de octubre de 2014
Historia de Sopelana (Sopela), XIV
Penúltima entrega de la serie historia de Sopelana, sacada de www.osakidetza.euskadi.net
Heráldica municipal
Durante muchos años los municipios del Señorío de
Bizkaia no han usado (ni se han preocupado de saber cuál es) el blasón que les
tenía que representar, para diferenciarse de otras Anteiglesias próximas o
lejanas a las que les sucedía lo mismo. Por lo que respecta a la Anteiglesia de
San pedro de Sopelana hay un dato irrefutable; el de que su Corporación tenía
admitido un escudo propio y peculiar de la Anteiglesia ya en 1788, como puede
leerse en los chuzos conservador desde esa fecha en las Casa Consistorial,
conservados celosamente hasta nuestros dais, sin habérseles tenido la
consideración debida.
El escudo grabado en dicho chuzos en un blasón ovalado,
en el que la pieza principal es un chevrón, acompañado de dos estrellas de
cinco puntas en el jefe y de una panela en punta. Está timbrado dicho escudo
con la tiara pontificia y asoman por sus flancos exteriores dos llaves
cruzadas.
La razón fundamental para que este escudo se
tenga como el más antiguo y más autorizado documentalmente, además de que se
trata del primero que el Municipio de Sopelana adoptó para sí, es por la data
de la sesión que celebró el Ayuntamiento el domingo 15 de Marzo de 1789, siendo
Regidores Fieles de la Anteiglesia Ramón de Uriarte y Ramón de Abaroa (como se
lee textualmente en el folio 129 vuelto, del libro más antiguo que se guarda en
el Archivo Municipal) y que es la siguiente, textualmente: "Ytem. Asibien
dieron endata la cantidad de quatro isetenta ysiette rrS q costaron los Shusos
nuebos deplatta Echos de orn yconsenttimto delos vezs deesta dha Antteygª con
conclusión delatraida de esde la villad e Bilbao... 477". Este texto,
modificada la ortigrafía y trascrito con las reglas que rigen en la actualidad,
lo leeremos así: "Ídem, así bien dieron en data la cantidad de
cuatrocientos y setenta y siete reales que costaron los chuzos nuevos de plata
hechos de orden y consentimiento de los vecinos de esta dicha Anteiglesia con
inclusión de la traída desde la villa de Bilbao... 477 reales"
Además de en los chuzos, encontraremos este
escudo sellando la documentación del Ayuntamiento de Sopelana con toda
seguridad desde el acta de sesiones de 14 de noviembre de 1949, siendo Alcalde
don Manuel Peña Arnaiz y ha permanecido durante los demás mandatos hasta hoy
inclusive. Bien es cierto que en 1866-67, en las actas de sesiones, vemos que
el tampón que las autoriza es de una iglesia, superada de dos llaves cruzadas
en sotuer, cuya forma exterior del sello es ovalada con esta inscripción:
"N. Ayuntamiento de Sopelana"; interpretando esa "N"
inicial como abreviatura del calificativo de Noble.
Todavía en 1940 encontramos ese mismo sello en
los oficios de la Secretaría del Ayuntamiento de referencia. Pero no debo
silenciar que, durante la legislatura del Alcalde Francisco de Ondiz, él optó
por un sello ovalado horizontal en el que simplemente se lee "Alcaldía de
Sopelana".
Por tanto, el heraldista no tiene planteamiento
de problema alguno en cuanto al blasón municipal de San Pedro de Sopelana.
Efectivamente; tanto el actual Rey de Armas don Vicente de Cadenas y Vicent,
como el marqués de Desio, han tenido sumo cuidado en evitar que los municipios,
cuyos ediles y secretarios no tiene por qué estar en el conocimiento de las
leyes del blasón, incurrieron en los caprichos o simples adornos más o menos
decorativos, que sueles reflejarse en la parte externa de los que ha de
definirse como escudo propiamente dicho.
El Instituto Salazar y Castro, del Consejor Superior
de Investigaciones Científicas, del que soy diplomado, custodia una muy
completa colección de Sigilografía y Heráldica Municipal con los tampones y
membretes heráldicos iniciados por Orden Ministerial de Gobernación del año
1875. Entre las obras que se han dedicado a las diversas secciones de esta
heráldica municipal, en España destacan las del profesor señor Cadenas;
apoyándose en los criterios que sobre la heráldica consistorial francesa Alberto
Robert Lousie; en la sueca, Gunnar Sheffer; en la suiza, Alfred Bodemer; en la
italiana, el difunto Carmelo Arnone y en la alemana, Ottfried Neubecker. Por
ello, para estudiar exclusivamente la heráldica municipal de la anteiglesia de
Sopelana, me encuentro respaldado por una doctrina capaz y autorizada, explanada
después por los marqueses del Saltillo, Aledo y Montesa y por los señores Gómez
del Campillo y Guillén que tienen sobrados conocimientos de la totalidad de las
reglas heráldicas, pues evitaron con su intervención enérgica las
incorrecciones que por tolerancia desgana asumieron muchos municipios.
Por Decreto de 13 de Abril de 1951, se
establecieron unas normas elementales a tenor de las cuales acomodaré mi
dictamen sobre el escudo del Ayuntamiento de Sopelana, que nos ocupa.
Manteniéndome en lo que es su blasón exclusivo
(chevrón, estrellas y panela), desde un principio propongo la supresión de los
timbres. La palabra timbre tienen en la ciencia del blasón dos denominaciones o
significados; uno general, que se refiere a "todos los ornamentos o
figuras de los que se sirve la armería para el adorno exterior del escudo"
y otro particular, que especifica el " timbre" explícito que tiene
tantas clases cuantos ornamentos. En relación con el Escudo Municipal de
Sopelana antes mencionado, aprobado democráticamente por sus vecinos en 1788
para confeccionar los chuzos de plata en los que se grabó, es inadmisible en la
actual ciencia del blasón que se mantengan la teara, las llaves y el campo
ovalado, puesto que son única y exclusivamente de uso de los Romanos
Pontífices, pues aun cuando Sopelana se atrevió a plasmarlos en su heráldica
con referencia a su Patrono San Pedro, primer papa, yo profesionalmente no
puedo transigir con que se perpetúen en lo sucesivo. Ejemplo nos ha dado la
Diputación Foral, que en la heráldica peculiar de Bizkaia, ha eliminado el león
que atenazaba en sus garras al blasón tradicional del Señorío de Bizkaia. Lo
mismo puede decirse de las llaves, que son otro emblema pontificio como luego
veremos.
Nos ratificamos en el criterio de que el escudo
está ideado para identificar a un municipio de cualquier otro; por lo que ha de
desestimarse cualquier analogía recíproca. Sin salirnos de Euskadi, las
peculiaridades pontificas de la tiara y de las llaves, indistintamente, las
vemos en Dima, Deusto, Valle de Atxondo, en Bizkaia; en Asteasu, Leaburu,
Bergara y Zumaia, en Gipuzkoa; Labaien en la Merindad de Pamplona, en Nabarra
etc. Nada digamos sobre la incorrecta plasmación de un edificio-iglesia en
muchísimos escudos, o pseudoescudos, que no bizkaia mismo, lo asumieron como
pieza fundamental del escudo; los cuales, más que para identificarlos, que es
para lo que están dichos blasones, sólo sirven para para confundirlos entre sí;
como se ve en el escudo de Leioa, Abandiano, Barrika, Zaratamo, Arrazua,
Gatika, Zeanuri, Busturia, Gorliz y aun en el de la propia villa de Bilbao que
a partir del siglo XVII adoptó un remedo del templo de San Antón, al que estaba
anexo su ayuntamiento.
No justifica es absoluto que las diversas familias
que segajadas del tronco común del linaje de Sopelana utilizaron las llaves en
su escudo; porque también éstas se esculpieron, por ejemplo, en el escudo del
antiguo pabellón anexo del palacio de Legizamon, del barrio de su nombre en al anteiglesia
de Etxebarri. Bien atinó Ibarra y Bergíe al descubrir el escudo que se halla
sobre la puerta ojival de acceso al templo parroquial de Sopelana en su pórtico
(dos llaves y cuatro panelas) que este escudo no es de la Anteiglesia de
Sopelana, sino del "linaje de Sopelana que tienen su origen en Fortun de
Arteach de Montehermoso de Salceso, cuyo a su vez aparecía (antes de la
restauración de las paredes interiores de esta Anteiglesia) en el remate del
retablo mayor, junto con los escudos de Mendoza, Lara, Butron Y Salcedo".
Ese escudo sobre la puerta de acceso a esta iglesia, lo vio Ibarra recién
pintado de blanco y amarillo. Dice que estos colores los han puesto
caprichosamente. Parece que dicho señor tuvo un lapsus, ya que sabido es que la
bandera pontificia es de los colores blanco y amarillo, registrados en la
vexilología internacional y admitidos en el código de las banderas llamadas de
navegación o marítimas por lo que respecta al Estado del Vaticano.
Todavía más: No se ciñeron los Sopelana a las
llaves cruzadas, con panelas en los huecos de las mismas. En pleno siglo XVIII
y por deferencia a uno de los miembros del linaje Sopelana, el cual fue alcalde
en 1701 de Portugalete, don Bartolomé de Sopelana, el escudo de éste ( que se
hallaría en su casa de la calle del Medio) al ser derribada ésta se colocó en
el paredón que circundaba la torre de Salazar de la mencionada villa, con sus
llaves de la bóveda, ante el altar de Nuestra Señora del Rosario, en cabeza de
la nave del Evangelio de la iglesia parroquial de Santa María de Portugalete.
Todavía hay mayor confusión en el escudo que el linaje de Sopelana (con dos
llaves en sotuer y con tres panelas en fila, más otra a la diestra de dichas
llaves), se encuentra en el dintel de la puerta del muro del palacio en ruinas
de los Salazar-SopelanaSalcedo del barrio de pobeña, del consejo de San Julián
de Muskes. Sin panelas asimismo aparece en un escudo en una casa hundida, en un
lavadero de mineral en barrio de San Martín de dicho Concejo de San Julian de
Muskes.
De todo ello se deduce que, la piedra heráldica
del dintel de la puerta de acceso a la iglesia parroquial de Sopelana, tampoco
puede servirnos como pista para de ellas deducir que las llaves deban ir o no
acompañadas de panelas. Además, sería incorrecta la forma acostumbrada de
presentarlas, que suele ser que ambas sean de un mismo color, puesto que en las
Crónicas Pontificias se señala que en el Vaticano el esmalte de la llave de la
izquierda es de plata y el de la derecha, de oro. Advertimos a este respecto
que las empuñaduras de estas llaves se hallan hacia abajo (porque están en la
mano) y el gancho hacia lo alto, por la esfera de acción de estas llaves está
en el cielo.
El 31 de Junio de 1844 se constituyó la junta de
la iglesia de San Pedro Apóstol de Sopelana siendo párroco don Saturnino
Zurbano.
En el folio seis vulto, de las cuentas de fábrica
de dicha junta, aparece por primero y única vez un tampón de tienta grisácea
con la tiara y debajo las llaves cruzadas. Este dato, examinado con toda
imparcialidad, inhabilita al parroquiales. Si las llaves cruzadas. Este dato,
examinado con toda imparcialidad, inhabilita al Ayuntamiento a que repita en su
escudo estos emblemas exclusivamente pontífices, son de uso exclusivo de los
Papas y en rigor debían de solicitarse de los mismos su uso; tanto más cuanto
que en el Vaticano se tiene en tanto consideración las mismas, que cuando
fallece un Pontífice el Cardenal-Camarlengo no permite que ni tan siquiera se
pongan en el catafalco del Papa difunto.
Mucho más escrupulosos son en el Vaticano con la
tiara, compuesta de tres coronas reales yuxtapuestas. El abate Choisi explica
que el primer Papa que usó escudo de armas fue Bonifacio VIII (cuyo reinado
ocupa de 1294 a 1303) con la tiara adicional, a al que Juan XXII, que murió en 1334,
perfiló en las tres coronas antes dichas que significan las tres dignidades del
Papa, regia, imperial y sacerdotal, por lo que es un incongruencia que (como
antes decíamos) aunque hagan referencia a San Pedro y éste sea el Patrono de un
municipio, nunca un organismo oficial civil debe atreverse a adoptarla. Lo
yelmo o casco que, para expresar el grado de nobleza, la Anteiglesia de
Sopelana merecía como perteneciente al Señorío de Bizkaia. Venía su uso de las
armas defensivas que los antiguos guerreros llevaban en los combates para
proteger la cabeza. Se coloca encima del escudo como en señal de Protección. Se
ve generalmente el yelmo adornado como de plumas o de telajes que bajan por
ambos flancos del escudo, a los que se les llama lambrequines y que en
legítimas legislación heráldica han de acompañar al escudo descrito de la
Anteiglesia de Sopelana, sacrificando las llaves y tiara pontificios, que son
improcedentes.
No menos arbitrario e incorrecto es el contorno
del escudo tradicional de Sopelana, que aparecía ovalado; figura de uso
exclusivamente italiano o eclesiástico, como que es del Papa, que ha de
sustituirse por la forma normal de la heráldica imperante en el Señorío de
Bizkaia; como en ocasión de preparar la heráldica de los municipios que
componen la parcela del Plentzia-Mungia practicó la Cámara de Comercio de
Bilbao, exponiéndola (por lo que se refiere a Sopelana) con su borde en
cuadrilátero.
¿Por qué, entonces, Sopelana se arrogó este
escudo?. Invitamos a los curiosos a contemplar en la clave circular y
acordonada de la crucería del presbiterio de la ermita de San Andrés de Meñakoz
(en la carretera de Sopelana a Barrika y Plentzia) el escudo que está con dos
chevrones, unidos por un rombo o losanje superpuesto, al punto de que la unión
de ambos le hacen parecer un aspa con una estrella en jefe y, debajo, una
panela o corazón. Sépase que la estrella es referencia clara a la Merindad de
Uribe a la que desde antiguo perteneció Sopelana y la panela a los Salcedo.
Conclusión final al escudo de Sopelana
Observadas, por tanto, las salvedades antedichas y ajustándonos a las normas de la Heráldica Municipal más correcta, la deducción lógica de esta análisis histórico, pontificio y armorial que nos compete, es de que (reconocidos todos los estudios que acerca del blasonario de la Anteiglesia de Sopelana y de su linaje homónimo realizado) el blasón definitivo del Municipio que nos ocupa es: EN CAMPO DE AZUR, UN CHEVRON DE ORO, ACOMPAÑADO DE DOS ESTRELLAS, EN LA PARTE SUPERIOR, Y DE UNA PANELA EN LA INFERIOR, TODAS DEL MISMO METAL.martes, 14 de octubre de 2014
Historia de Sopelana (Sopela), XIII
Antepenúltima entrada de la historia de Sopelana sacada de www.osakidetza.euskadi.net
Me hace gracia justo las últimas palabras: "...el inadmisible vocablo local de Sopela.", cuando este mismo año (2014) se ha cambiado oficialmente la denominación de nuestro pueblo, de Sopelana a Sopela; incluso hay una entrada en el blog dedicado a dicho cambio: cambio de nombre de Sopelana a Sopela
Me hace gracia justo las últimas palabras: "...el inadmisible vocablo local de Sopela.", cuando este mismo año (2014) se ha cambiado oficialmente la denominación de nuestro pueblo, de Sopelana a Sopela; incluso hay una entrada en el blog dedicado a dicho cambio: cambio de nombre de Sopelana a Sopela
Etimología
Muchas veces el desconocimiento de las
circunstancias más remotas de un lugar o de una Anteiglesia puede subsanarse
mediante la etimología del topónimo respectivo. En él suele condensarse un
cúmulo de datos que configuraban, bien el paraje o casa, bien su accidente
geográfico. Hoy, al saber a qué aspecto de estos se adaptaba, llegaríamos a la
conclusión (en el caso de Sopelana) de conocer cómo era nuestra Anteiglesia
cuando se le dió ese nombre, pues en ocasiones el lugar es antes que el
apellido.
Aunque después sacaremos nuestras propias
deducciones, quien primero ofrece la etimología de Sopelana es el erudito Juan
Ramón de Iturriza y Zabala en su "Historia General de Vizcaya",
capítulo 49 de la primera parte que inicia con esta palabra: "En paraje
alta de buenas vista de las costa marítima, tiene su situación la Anteiglesia
de Sopelana que denota "somo pelado".
Ya sabemos que "somo" significa en
castellano la adecuación latina de "elevación". Pero Angel Rodríguez
Herrero, que añadió a aquella obra de Iturriza (fallecido en 1812) el prólogo,
notas e índices, advierte que esta y otras etimologías dan a entender que en
este punto hay que desconfiar mucho de Iturriza, a pesar de su buen juicio y
conocimiento de las antigüedades de Vizcaya.
Efectivamente; también Juan E. Delmas, cuya
"guía Descriptiva del Señorío", impresa en 1894, suele basarse en los
datos que aportó Iturriza, si bien repite lo de las buenas vista, sin embargo
para nada acepta lo de la etimología del pueblo que nos ocupa.
En las exhaustivas notas sobre las etimologías de
los apellidos Vascos en las que trabajó Isaac López Mendizabal, para él la
palabra Sopelana está formada por obe u obi, "pasto" y los sufijos
-al, -ana, añadiéndole la S protética, acompaña una interrogante como desconfiando
de su interpretación que él ordinariamente extraía de los nombres de vegetales.
Nicanor Narbarte en su obra "Apellidos
Vascos", y otros autores a quienes he tenido en cuenta en mi
"Diccionario Etimológico de Apellidos Vascos" vuelven a coincidir en
que Sopelana es "pastizal"; "prado bajo cultivado".
Hay otra etimología, unida a la palabra
"-obe" que, además de pastizal significa "gruta", que a
José Antonio Mujika hace decir que Sopelana e incluso Sopitea (una forma más de
Txopitea) significa "sitio de grutas o de pastos". Desde luego que no
son palabras sinónimas y es necesaria una gran imparcialidad para acomodar,
todo esto de sitios edificados, de pastizales y de grutas, en el área de la
jurisdicción primitiva de lo que fue la Anteiglesia de Sopelana.
Pero lo que más puede chocar en nuestros días es
la postura del profesor Koldo Mitxelena según cuya doctrina, apoyándose (ya que
no cimentándose) en un articulito de Fernando del Valle Lertxundi en la Revista
Internacional de Estudios Vascos, tomo XXIV, página 178, Sopelana estaría
formada de Txopel-ana como derivación del diminutivo del nombre de Lope, que
estaría en el nomenclátor vasco desde el siglo XV, o incluso anteriormente ya
en bajo uso. Eso lo conocía Sabino de Arana y Goiri cuando escribió el
"Tratado Etimológico de los Apellidos Euskerikos" (número 25 de
"Bizkaitarra" de 24 de Abril de 1895) en el que dice que el nombre de
Txope es el equivalente vasco de Lopecito, como Pello es de Pedrito y Matxin de
Martinito. Añade que, aunque muy escasos, han de ser admitidos; pues componen
"nombres de pila extranjeros que, al ser adoptados por la raza euskeriana,
recibieron alguna modificación en su forma, euskerizándose. Los que no
sufrieron alteración ninguna no pueden ser considerados como nombres
euskerikos, por lo mismo qué conservaron íntegra su forma erderika.
Pero sea cual fuere la auténtica raíz etimológica
o la construcción morfológica de Sopelana, todavía "Euskaltzaindia"
no ha presentado razones históricas y documentadas por las que nuestra querida
Anteiglesia, que oficialmente se llama Sopelana, se sienta rebautizada como
"Sopela" y que por tanto al natural de ella se le haya de llamar
sopelaztar o sopelar.
Pero en que no duda el aludido profesor
Mietxelean es en lo que la terminación -Ana significa. Indica el lugar donde
Existieron núcleos de población construidas; es decir urbanas, y cita apellidos
y topónimos como Antezana, Durana, Erdoñana, Subijana, Marzana, Maturana,
Antuñana, etc. Esto le hace situar a Sopelana, concretamente, como lugar construido
por un Lope (diminutivo Txope) como Marzana lo fuera por un tal Marciu,
Ondoñana por un Ordoña, etc.
Igual que Sopelana, otras derivaciones del nombre
de Lope o Txope serían los apellidos de Txoperene, Txopeitia, Txopitea,
Txopitegi, etc. De der esto cierto desbarataría muchas noticias que hasta ahora
se tenían por las más antiguas de esta Anteiglesia, al tener que localizar de
qué Lope se trata. Esto no tiene dificultad si leemos detenidamente la primera
referencia bibliográfica sobre Sopelana que es la ceñida al libro " Las
Bienandanzas e Fortunas" de Lope García de Salazar en su capítulo 21, de
que "el primero que allí pobló fue Lope Martínez de Ondazarroz de
Salcedo", pero el llamarle a éste Txope no parece justificado y sí lo es
denominar con tal diminutivo al desgraciado señor de Bizkaia don Lope Diez de
Haro que fue el que, desde Gaminiz (Plentzia), hasta Portugalete, amparó a
cuantos querían dedicarse a las industrias balleneras. Por su postura
displicente y recia ante el Rey Sancho le asesinó este en Alfaro y como Argote
de Molina refiere, el epitafio que se puesto en el sepulcro de dicho señor
alude a los lloros y llantos que acompañaron a su muerte, ocurrida el martes 8
de Junio de 1288. Por tanto, el Txopelana puede hacer referencia a este Txope.
La catedrática de lenguajes modernos de la
Universidad del Estado de New York en Brockport, Grace de Jesús Alvarez, se
reafirma en cuanto al sufijo dicho de -ana; por lo cual, en parte debemos tomar
en consideración la alusión al nombre personal de un Lope en esta etimología.
Bien es verdad que el Txopite, que sirve de raíz a los apellidos antes citados,
es a su vez derivación de Sopite, que a su vez lo es de Zupide y ésta de
"Zubide" (camino del puente, camino de la Serpiente; camino de
maderas), con lo que también podemos aventurar otra etimología de Sopelana en
el sentido de que, como la hemos visto trascrita y documentada en la forma de
"Zopelana", el actual nombre en pasadas épocas fue entendido como
Zubilana. Precisamente en euskera en muy común el cambio de B en P, con lo que
se puede dar la Hipotética variación inicial de Zubilana o Zupilana en
Zopelana.
La máxima autoridad de Bizkaia en nuestro milenario idioma,
don Jaime de Kerexeta, ha revisado mi investigación sobre el nombre de Sopelana
y afirma estar totalmente de acuerdo con lo que digo, adhiriéndose también con
el criterio propuesto por nuestro gran filólogo el profesor Mitxelena; es
decir, que Sopelana significa "vivienda, casa o propiedad de Lope el
Pequeño o de Lopecito"; que posteriormente daría su nombre al lugar, como
ocurre (textualmente en el comunicado del señor kertxeta) frecuentemente en
Bizkaia en Barrada, aldeas y feligresías. Sopelana tenía, aun en 1685, tan sólo
58,5 fogueras. Así, no hay resquicio posible para admitir otras hipótesis
etimológicas emparentadas con el inadmisible vocablo local de Sopela.
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