Heráldica municipal
Durante muchos años los municipios del Señorío de
Bizkaia no han usado (ni se han preocupado de saber cuál es) el blasón que les
tenía que representar, para diferenciarse de otras Anteiglesias próximas o
lejanas a las que les sucedía lo mismo. Por lo que respecta a la Anteiglesia de
San pedro de Sopelana hay un dato irrefutable; el de que su Corporación tenía
admitido un escudo propio y peculiar de la Anteiglesia ya en 1788, como puede
leerse en los chuzos conservador desde esa fecha en las Casa Consistorial,
conservados celosamente hasta nuestros dais, sin habérseles tenido la
consideración debida.
El escudo grabado en dicho chuzos en un blasón ovalado,
en el que la pieza principal es un chevrón, acompañado de dos estrellas de
cinco puntas en el jefe y de una panela en punta. Está timbrado dicho escudo
con la tiara pontificia y asoman por sus flancos exteriores dos llaves
cruzadas.
La razón fundamental para que este escudo se
tenga como el más antiguo y más autorizado documentalmente, además de que se
trata del primero que el Municipio de Sopelana adoptó para sí, es por la data
de la sesión que celebró el Ayuntamiento el domingo 15 de Marzo de 1789, siendo
Regidores Fieles de la Anteiglesia Ramón de Uriarte y Ramón de Abaroa (como se
lee textualmente en el folio 129 vuelto, del libro más antiguo que se guarda en
el Archivo Municipal) y que es la siguiente, textualmente: "Ytem. Asibien
dieron endata la cantidad de quatro isetenta ysiette rrS q costaron los Shusos
nuebos deplatta Echos de orn yconsenttimto delos vezs deesta dha Antteygª con
conclusión delatraida de esde la villad e Bilbao... 477". Este texto,
modificada la ortigrafía y trascrito con las reglas que rigen en la actualidad,
lo leeremos así: "Ídem, así bien dieron en data la cantidad de
cuatrocientos y setenta y siete reales que costaron los chuzos nuevos de plata
hechos de orden y consentimiento de los vecinos de esta dicha Anteiglesia con
inclusión de la traída desde la villa de Bilbao... 477 reales"
Además de en los chuzos, encontraremos este
escudo sellando la documentación del Ayuntamiento de Sopelana con toda
seguridad desde el acta de sesiones de 14 de noviembre de 1949, siendo Alcalde
don Manuel Peña Arnaiz y ha permanecido durante los demás mandatos hasta hoy
inclusive. Bien es cierto que en 1866-67, en las actas de sesiones, vemos que
el tampón que las autoriza es de una iglesia, superada de dos llaves cruzadas
en sotuer, cuya forma exterior del sello es ovalada con esta inscripción:
"N. Ayuntamiento de Sopelana"; interpretando esa "N"
inicial como abreviatura del calificativo de Noble.
Todavía en 1940 encontramos ese mismo sello en
los oficios de la Secretaría del Ayuntamiento de referencia. Pero no debo
silenciar que, durante la legislatura del Alcalde Francisco de Ondiz, él optó
por un sello ovalado horizontal en el que simplemente se lee "Alcaldía de
Sopelana".
Por tanto, el heraldista no tiene planteamiento
de problema alguno en cuanto al blasón municipal de San Pedro de Sopelana.
Efectivamente; tanto el actual Rey de Armas don Vicente de Cadenas y Vicent,
como el marqués de Desio, han tenido sumo cuidado en evitar que los municipios,
cuyos ediles y secretarios no tiene por qué estar en el conocimiento de las
leyes del blasón, incurrieron en los caprichos o simples adornos más o menos
decorativos, que sueles reflejarse en la parte externa de los que ha de
definirse como escudo propiamente dicho.
El Instituto Salazar y Castro, del Consejor Superior
de Investigaciones Científicas, del que soy diplomado, custodia una muy
completa colección de Sigilografía y Heráldica Municipal con los tampones y
membretes heráldicos iniciados por Orden Ministerial de Gobernación del año
1875. Entre las obras que se han dedicado a las diversas secciones de esta
heráldica municipal, en España destacan las del profesor señor Cadenas;
apoyándose en los criterios que sobre la heráldica consistorial francesa Alberto
Robert Lousie; en la sueca, Gunnar Sheffer; en la suiza, Alfred Bodemer; en la
italiana, el difunto Carmelo Arnone y en la alemana, Ottfried Neubecker. Por
ello, para estudiar exclusivamente la heráldica municipal de la anteiglesia de
Sopelana, me encuentro respaldado por una doctrina capaz y autorizada, explanada
después por los marqueses del Saltillo, Aledo y Montesa y por los señores Gómez
del Campillo y Guillén que tienen sobrados conocimientos de la totalidad de las
reglas heráldicas, pues evitaron con su intervención enérgica las
incorrecciones que por tolerancia desgana asumieron muchos municipios.
Por Decreto de 13 de Abril de 1951, se
establecieron unas normas elementales a tenor de las cuales acomodaré mi
dictamen sobre el escudo del Ayuntamiento de Sopelana, que nos ocupa.
Manteniéndome en lo que es su blasón exclusivo
(chevrón, estrellas y panela), desde un principio propongo la supresión de los
timbres. La palabra timbre tienen en la ciencia del blasón dos denominaciones o
significados; uno general, que se refiere a "todos los ornamentos o
figuras de los que se sirve la armería para el adorno exterior del escudo"
y otro particular, que especifica el " timbre" explícito que tiene
tantas clases cuantos ornamentos. En relación con el Escudo Municipal de
Sopelana antes mencionado, aprobado democráticamente por sus vecinos en 1788
para confeccionar los chuzos de plata en los que se grabó, es inadmisible en la
actual ciencia del blasón que se mantengan la teara, las llaves y el campo
ovalado, puesto que son única y exclusivamente de uso de los Romanos
Pontífices, pues aun cuando Sopelana se atrevió a plasmarlos en su heráldica
con referencia a su Patrono San Pedro, primer papa, yo profesionalmente no
puedo transigir con que se perpetúen en lo sucesivo. Ejemplo nos ha dado la
Diputación Foral, que en la heráldica peculiar de Bizkaia, ha eliminado el león
que atenazaba en sus garras al blasón tradicional del Señorío de Bizkaia. Lo
mismo puede decirse de las llaves, que son otro emblema pontificio como luego
veremos.
Nos ratificamos en el criterio de que el escudo
está ideado para identificar a un municipio de cualquier otro; por lo que ha de
desestimarse cualquier analogía recíproca. Sin salirnos de Euskadi, las
peculiaridades pontificas de la tiara y de las llaves, indistintamente, las
vemos en Dima, Deusto, Valle de Atxondo, en Bizkaia; en Asteasu, Leaburu,
Bergara y Zumaia, en Gipuzkoa; Labaien en la Merindad de Pamplona, en Nabarra
etc. Nada digamos sobre la incorrecta plasmación de un edificio-iglesia en
muchísimos escudos, o pseudoescudos, que no bizkaia mismo, lo asumieron como
pieza fundamental del escudo; los cuales, más que para identificarlos, que es
para lo que están dichos blasones, sólo sirven para para confundirlos entre sí;
como se ve en el escudo de Leioa, Abandiano, Barrika, Zaratamo, Arrazua,
Gatika, Zeanuri, Busturia, Gorliz y aun en el de la propia villa de Bilbao que
a partir del siglo XVII adoptó un remedo del templo de San Antón, al que estaba
anexo su ayuntamiento.
No justifica es absoluto que las diversas familias
que segajadas del tronco común del linaje de Sopelana utilizaron las llaves en
su escudo; porque también éstas se esculpieron, por ejemplo, en el escudo del
antiguo pabellón anexo del palacio de Legizamon, del barrio de su nombre en al anteiglesia
de Etxebarri. Bien atinó Ibarra y Bergíe al descubrir el escudo que se halla
sobre la puerta ojival de acceso al templo parroquial de Sopelana en su pórtico
(dos llaves y cuatro panelas) que este escudo no es de la Anteiglesia de
Sopelana, sino del "linaje de Sopelana que tienen su origen en Fortun de
Arteach de Montehermoso de Salceso, cuyo a su vez aparecía (antes de la
restauración de las paredes interiores de esta Anteiglesia) en el remate del
retablo mayor, junto con los escudos de Mendoza, Lara, Butron Y Salcedo".
Ese escudo sobre la puerta de acceso a esta iglesia, lo vio Ibarra recién
pintado de blanco y amarillo. Dice que estos colores los han puesto
caprichosamente. Parece que dicho señor tuvo un lapsus, ya que sabido es que la
bandera pontificia es de los colores blanco y amarillo, registrados en la
vexilología internacional y admitidos en el código de las banderas llamadas de
navegación o marítimas por lo que respecta al Estado del Vaticano.
Todavía más: No se ciñeron los Sopelana a las
llaves cruzadas, con panelas en los huecos de las mismas. En pleno siglo XVIII
y por deferencia a uno de los miembros del linaje Sopelana, el cual fue alcalde
en 1701 de Portugalete, don Bartolomé de Sopelana, el escudo de éste ( que se
hallaría en su casa de la calle del Medio) al ser derribada ésta se colocó en
el paredón que circundaba la torre de Salazar de la mencionada villa, con sus
llaves de la bóveda, ante el altar de Nuestra Señora del Rosario, en cabeza de
la nave del Evangelio de la iglesia parroquial de Santa María de Portugalete.
Todavía hay mayor confusión en el escudo que el linaje de Sopelana (con dos
llaves en sotuer y con tres panelas en fila, más otra a la diestra de dichas
llaves), se encuentra en el dintel de la puerta del muro del palacio en ruinas
de los Salazar-SopelanaSalcedo del barrio de pobeña, del consejo de San Julián
de Muskes. Sin panelas asimismo aparece en un escudo en una casa hundida, en un
lavadero de mineral en barrio de San Martín de dicho Concejo de San Julian de
Muskes.
De todo ello se deduce que, la piedra heráldica
del dintel de la puerta de acceso a la iglesia parroquial de Sopelana, tampoco
puede servirnos como pista para de ellas deducir que las llaves deban ir o no
acompañadas de panelas. Además, sería incorrecta la forma acostumbrada de
presentarlas, que suele ser que ambas sean de un mismo color, puesto que en las
Crónicas Pontificias se señala que en el Vaticano el esmalte de la llave de la
izquierda es de plata y el de la derecha, de oro. Advertimos a este respecto
que las empuñaduras de estas llaves se hallan hacia abajo (porque están en la
mano) y el gancho hacia lo alto, por la esfera de acción de estas llaves está
en el cielo.
El 31 de Junio de 1844 se constituyó la junta de
la iglesia de San Pedro Apóstol de Sopelana siendo párroco don Saturnino
Zurbano.
En el folio seis vulto, de las cuentas de fábrica
de dicha junta, aparece por primero y única vez un tampón de tienta grisácea
con la tiara y debajo las llaves cruzadas. Este dato, examinado con toda
imparcialidad, inhabilita al parroquiales. Si las llaves cruzadas. Este dato,
examinado con toda imparcialidad, inhabilita al Ayuntamiento a que repita en su
escudo estos emblemas exclusivamente pontífices, son de uso exclusivo de los
Papas y en rigor debían de solicitarse de los mismos su uso; tanto más cuanto
que en el Vaticano se tiene en tanto consideración las mismas, que cuando
fallece un Pontífice el Cardenal-Camarlengo no permite que ni tan siquiera se
pongan en el catafalco del Papa difunto.
Mucho más escrupulosos son en el Vaticano con la
tiara, compuesta de tres coronas reales yuxtapuestas. El abate Choisi explica
que el primer Papa que usó escudo de armas fue Bonifacio VIII (cuyo reinado
ocupa de 1294 a 1303) con la tiara adicional, a al que Juan XXII, que murió en 1334,
perfiló en las tres coronas antes dichas que significan las tres dignidades del
Papa, regia, imperial y sacerdotal, por lo que es un incongruencia que (como
antes decíamos) aunque hagan referencia a San Pedro y éste sea el Patrono de un
municipio, nunca un organismo oficial civil debe atreverse a adoptarla. Lo
yelmo o casco que, para expresar el grado de nobleza, la Anteiglesia de
Sopelana merecía como perteneciente al Señorío de Bizkaia. Venía su uso de las
armas defensivas que los antiguos guerreros llevaban en los combates para
proteger la cabeza. Se coloca encima del escudo como en señal de Protección. Se
ve generalmente el yelmo adornado como de plumas o de telajes que bajan por
ambos flancos del escudo, a los que se les llama lambrequines y que en
legítimas legislación heráldica han de acompañar al escudo descrito de la
Anteiglesia de Sopelana, sacrificando las llaves y tiara pontificios, que son
improcedentes.
No menos arbitrario e incorrecto es el contorno
del escudo tradicional de Sopelana, que aparecía ovalado; figura de uso
exclusivamente italiano o eclesiástico, como que es del Papa, que ha de
sustituirse por la forma normal de la heráldica imperante en el Señorío de
Bizkaia; como en ocasión de preparar la heráldica de los municipios que
componen la parcela del Plentzia-Mungia practicó la Cámara de Comercio de
Bilbao, exponiéndola (por lo que se refiere a Sopelana) con su borde en
cuadrilátero.
¿Por qué, entonces, Sopelana se arrogó este
escudo?. Invitamos a los curiosos a contemplar en la clave circular y
acordonada de la crucería del presbiterio de la ermita de San Andrés de Meñakoz
(en la carretera de Sopelana a Barrika y Plentzia) el escudo que está con dos
chevrones, unidos por un rombo o losanje superpuesto, al punto de que la unión
de ambos le hacen parecer un aspa con una estrella en jefe y, debajo, una
panela o corazón. Sépase que la estrella es referencia clara a la Merindad de
Uribe a la que desde antiguo perteneció Sopelana y la panela a los Salcedo.
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