Aviso que es bastante largo pero a mi me interesó y para tener guardado y en un momento dado leerlo no está mal (yo lo he hecho). Aviso también que serán varias entregas.
Lo reproduzco tal cual, con los posibles errores tanto ortográficos como de grafía de topónimos o nombres.
Comienzos históricos de la anteiglesia
En el altozano, sobre una antigua colina, como
aupado para desde allí ver mejor la mar que en remotas edades dio trabajo a sus
habitantes como ahora dan fama sus playas a esta anteiglesia, pues son las más
concurridas de sus zona del litoral, se halla el campanario de la parroquia de
San Pedro Apóstol en una ampliación de la torre que fue del linaje de Sopelana,
uniendo así en simbólico maridaje la historia religiosa y civil de tan singular
pueblo vizcaíno. Tuvo el privilegio de que el célebre cronista del Señorío,
Lope García de Salazar, se ocupara de la estirpe de Sopelana y así nuestro
municipio entra con toda categoría en las páginas de los anales medievales.
Efectivamente, lindando con el océano Atlántico por el occidente y el Norte,
como por el oriente con Urduliz y por el Sur con Berango y Getxo, a 21
kilómetros de distancia de Bilbao a cuyo partido judicial pertenece, Sopelana
(cuya extensión territorial supera los ocho kilómetros cuadrados) cuenta con
una población de 6.259 habitantes, en 1.861 viviendas. Esta población aumenta
considerablemente en verano, por familias que acostumbran pasar aquí sus
vacaciones estivales. Su terreno, ondulado ofrece como elevaciones principales
los montículos de Sopela y de Fraide, con las lomas de San Andrés de Meñacoz y
de Gardoki. Una de las más curiosas estadísticas que se han realizado en el
Ayuntamiento para la configuración de su término en la totalidad de ochocientas
veinticuatro hectáreas, 68 áreas y 75 centiáreas es la distribución en orden
alfabético que de las entidades de población de Sopelana se realizó siendo
Alcalde Isidoro Zamakona y Secretario Pascual de Zalbidea el 22 de Febrero de
1940 y que fueron las siguientes: Atxondo, caserío, a más de dos kilómetros de
núcleo de la capitalidad; el Barrio de Aresti a ochocientos; el Argaluza a 950;
el caserío de Armuru a 400; el de Arnabar a 1250; el barrio de Artaza a 200; el
de Bareño a 700; el caserío de Casarreina a 2500; el de Gastañaga a 1000; el de
Ibarguren a 1600; el de Ibarra a 500; el de Iturralde 1500; el Barrio de
Larrabasterra a 1100; el caserío de Larrogoiti a 1100;el barrio de Larrondo a
600; el de Manene a 700; el caserío de Mendieta a 1000; el de Orsekuako; el de
Otaza a 1250; el de San Andres a 1200; el de Ugeraga con 57 fogueras, era
gobernado por un fiel Regidor y le representaba un Apoderado ante las Juntas
Generales de Gernika con el asiento y voto número 49, así como también ante las
de Munguia donde participaba en las asambleas de los Municipios de la Merindad
de Uribe a la que pertenecía Sopelana.
El historiador Juan Ramón Iturriza y Zabala
describe a esta Anteiglesia en paraje alto y de buenas vistas de la costa
marítima justificando.
Javier de Ybarra y Pedro de Garmendia al tratar
de las Torres de Bizkaia dentro de la Merindad de Uribe, remontan los orígenes
de la feligresía al Siglo XII. Aún para Lope García de Salazar es anterior pues
dice que la pobló Lope Martínez de Ondazarroz de Salcedo que era del linaje de
Marroquín y que casó con una hermana bastarda de Gonzalo Gómez de Butrón
"el viejo", de cuya familia parece ser que era pertenecía el
solitario edificio monasterial, entonces en el sitio de Jauregizar, que dicha
dama aportó a los bienes matrimoniales.
Dicen los historiadores mencionados que la casa
de Sopelana procede de los Manene que vincularon con Lope Martínez de
Ondazarroz de Salcedo. Un hijo de la casa de Sopelana casaría con una hija
natural del IV Señor de Butron don Gómez u Otxoa de Butrón, la cual heredaría
el Monasterio de Sopelana con derecho a cobrar los diezmos y presentes. Con
anterioridad lo poseerían (siempre según los mencionados historiadores) los
Manene y Ondazarros de Salcedo, quienes por este último apellido ostentaban las
armas que aún permanecen sobre la puerta ojival de la iglesia que antes lo era
de la torre. Además poseían los Manene, como luego los ondazarroz, la mitad de
la casa de Basaldua, la de Gorasasu, la de marar, la de Iraolaga, la de
Urrujula y la casa vieja de Mentxaka. El referido matrimonio Ondazarroz de
Salcedo-Butron tuvo por hijo a Gonzalo de Sopelana, quien tuvo por hijo a otro
Gonzalo de Sopelana que fue el primero que llevó el apellido y el que construyó
esta torre de Sopelana y que en una dama del linaje de Martiartu tuvo a Zuriño
o Fortun de Sopelana, el cual casó con hija natural de Gonzalo Gómez de Butron
"el viejo", V Señor de Butron. Descendía de esto aquel Martín
González de Sopelana que murió en Aranda de Duero luchando contra los moros y
cuya viuda sería la que trasladó la iglesia de Sopelana "desde el lugar
denominado Arriendragoitia al de Jauregizar, más cerca del mar, y fundó allí
mismo, detrás de la iglesia, una nueva casa de Sopelana". De este
matrimonio fueron hijos don Gonzalo Martín de Sopelana, Caballero de Santiago,
que murió con su padre en la batalla de Aranda de Duero. Les supervivió su
respectiva hija y hermana única, que contrajo matrimonio con un varón del Solar
de Manene Señor de Sopelana y Abad y Patrono del monasterio de San Pedro de
Sopelana, el año de 1400.
Un Gonzalo Martínez de Sopelana otorgó testamento
el año de 1515 ante el notario Martín Pérez de Mauraza y en él leemos; Ítem
mando que mi cuerpo sea sepultado en el túmulo de piedra donde está sepultado
mi quinto abuelo Fortun Arteach de Montehermoso, Señor que fue de Sopelana y
que este túmulo se meta un codo de tierra debajo del coro y en donde me hagan
mis obsequios y ánimas conforme es mi calidad.
Según cálculos de los señores Ibarra y Garmendia,
dicho Fortun Arteach de Montehermoso de Salcedo, apellido de este último que se
redujo a Marroquín de Montehermoso, procedía de un hijo de los Marroquín,
casado con una dama de la familia de Butrón. Resulta ser el quinto abuelo de
don Gonzalo Martínez de Sopelana, viéndose confuso que quien testó en 1515
pueda ser hijo del que murió en 1400.
Pero don Jose Miguel de Barandiaran tuvo la
voluntad de indagar con los señores Grande y Aguirre la microfauna existente en
este litoral bizkaino en pasadas época.
El gran etnógrafo llegó a la conclusión de que
hace 12.000 años se había asentado en la que hoy es Sopelana una tribu o clan
civilizado que fundó en la proximidades de Meñacos un taller para la
manufacturación de sílex, fabricación de buriles y "picos" (llamados
después asturianos por su profusión en la zona del principado) y que a cambio
percibían víveres y útiles idóneos para desprender de las rocas los moluscos.
En Sopelana era muy habitual que las ballenas capturadas por los marineros de
esta costa entre Plencia y Portugalete fueran descuartizadas, absorbido su
aceite y manipulados sus huesos como estiletes, púas y agujas de lencería. Ha
de tenerse en cuenta, para probar la posibilidad de una etimología más de
Sopelana ("bajo ballenas", sobaleinte; con su metátesis
sobeleina"), como referenciada a las ballenas. No hay que desdeñar lo que
los economistas dicen que la base de la historia hay siempre un interés
financiero. Así, Sopelana debe su existencia al tráfico pesquero y a sus
derivados, que hicieron de esta zona un punto neurálgico entre Bilbao, Plencia
y el interior de Bizkaia. Por tanto, lo que hoy son famosas playas, antaño
fueron reducto de mujeres, viejos y niños que practicaron la artesanía manual y
que comerciaron con los cetáceos que los hombres vigorosos traían de sus
redadas por el océano.
Me gustaría conocer si se sabe quiénes fueron los primeros Sopelana que llegaron al virreynato de Nueva Granada
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